miércoles, 22 de enero de 2014

¿Cuándo consultar un psicólogo?

Hola!

Estuve escuchando últimamente, mucha información confusa respecto de qué es un psicólogo, cómo trabaja, cuándo se debe consultar. Muchos colegas aparecen en los medios de comunicación generando un efecto de fascinación que cristaliza en su modo de presentarse el imaginario de lo que es un psicólogo.
La psicología es una disciplina muy amplia que abarca distintos y muy diferentes aspectos dentro del gran campo de investigación acerca de la conducta humana. Dentro de la psicología clínica es muy típica la representación del diván como sinónimo de una consulta psicológica, pero en verdad, el diván es un elemento propio del psicoanálisis e incluso, muchos psicoanalistas -entre los que me incluyo- no lo usamos frecuentemente.
El psicoanálisis ha tenido gran impacto en la sociedad y sus conceptos se han vulgarizado promoviendo una generalización de los mismos que no siempre es fiel a su verdadero sentido o significado. Hoy cualquier persona -sin haber ido nunca a un psicólogo- puede hablar del complejo de Edipo, o entender que "en todo chiste hay una verdad". Esas han sido invenciones del psicoanálisis que se han popularizado.
Por otra parte, es interesante pensar acerca de la pregnancia y el impacto que la psicologización de la vida cotidiana ha tenido en nuestra sociedad, por lo menos en la ciudad de Buenos Aires. Ir al psicólogo ya no es algo raro, de hecho muchas personas han ido por lo menos una vez y otras han sostenido largos tratamientos con más de un terapeuta. Sería interesante que pudiéramos generar un intercambio respecto de este tema. Sólo para esbozar un borrador, considero que la gente en general -siempre me refiero a la ciudad de Buenos Aires- ha desarrollado una capacidad de instrospección y auto-observación muy valiosas, con un interés genuino por comprender las motivaciones de su conducta incluso animándose a pensar que cada uno es producto de una historia social que nos precede y una historia familiar que nos pre-existe.
Podemos afirmar, que hoy ir al psicólogo no es un lujo de unos pocos, lo cual se traduce en un beneficio para la población en su totalidad.
Puntualicé una serie de preguntas que suelen hacerme en las reuniones sociales tan pronto digo que soy psicóloga e intenté aproximar algunas respuestas.
Estemos abiertos a seguir pensando y aportando nuevas visiones sobre estos temas, sea desde el lugar de colegas o de consultantes.
¿Qué es un psicólogo?
Es un profesional que se ha formado para estudiar y buscar comprender la conducta humana. Existen ramas de la psicología que abordan problemáticas distintas, la psicología clínica es la que se ocupa de la salud mental.
La salud mental es un concepto complejo que involucra varios factores y aspectos que hacen que una persona alcance un estado de bienestar emocional, mental y social. En este sentido, es tan importante la relación que tiene consigo mismo como con los otros y con el entorno.
 
¿Cuándo consultar un psicólogo?
¡Existen tantos motivos como personas hay en el mundo! Incluso una misma persona puede consultar por razones diferentes en distintos momentos de su vida. Generalmente se consulta cuando algo no anda bien, no nos sentimos a gusto con nuestro trabajo, o nuestra pareja, o vivimos situaciones familiares o laborales que nos sobrepasan; porque nos sentimos estancados y no podemos tomar decisiones. Las situaciones de la vida, buenas y malas, pueden causarnos estrés, angustia, ansiedad e incluso tristeza o depresión. Los ataques de pánico son también un motivo frecuente de consulta. Todas las personas tenemos la capacidad para desarrollar las habilidades necesarias para enfrentar las demandas de la vida, a algunas les llevará más tiempo que a otras, o les resultará más fácil o más difícil; lo más valioso en un primer momento es darnos cuenta de que necesitamos ayuda y somos capaces de pedirla, es uno de los pasos más difíciles y a la vez más importantes. Empezar a pensar acerca de lo que nos pasa es empezar a cambiar nuestra realidad.
¿Cuándo consultar a un psicólogo para un niño/a o adolescente?
En el caso de los niños y adolescentes quien consulta suele ser el adulto a cargo, a veces incluso por pedido de la escuela. Se evaluará cuál es la situación que merece nuestra atención: ¿el niño/a está muy distraído en la clase? ¿Se lleva mal con sus compañeros? ¿No tiene amigos? ¿Pega o contesta mal a las maestras? ¿Se hace pis en la cama? ¿Hace berrinches?
En los adolescentes las situaciones pueden ser también problemas de conducta o de aprendizaje o bien, dificultades en el vínculo con los padres, problemáticas relacionadas con el despertar sexual o con la vocación, se los ve tristes, desganados, sin intereses.
Algunas situaciones pueden ser pasajeras y luego de un período de crisis, ese malestar o situación problemática disminuya o incluso desaparece, pero cuando no es así, es pertinente consultar a un profesional que nos ayude a valorar la dimensión del problema y las posibilidades de intervención.
La consulta se divide en 2 etapas, la primera es escuchar a los padres, qué les preocupa a ellos, por qué vinieron: ¿la preocupación es propia o lo pide la escuela?, qué esperan del tratamiento. Para realizar un diagnóstico de situación se realizan entrevistas con los padres. Luego, en un segundo momento se escucha al niño/a o adolescente, ¿está interesado en realizar una terapia?, ¿qué expectativas tiene?, ¿qué piensa de la situación problemática?, a veces las razones de los padres no coinciden con lo que el niño/a o adolescente pretende encontrar en esa terapia. Eso será algo a trabajar. A veces la conducta de los niños responde a situaciones que se viven en casa o en la escuela, en cada caso se deberá pensar juntos cuál es la estrategia de intervención adecuada, si trabajamos sólo con los padres en una “orientación a padres”, o bien, trabajamos con el niño y con los padres hacemos un seguimiento en entrevistas mensuales; de ser necesario podemos mantener entrevistas vinculares en las que participe más de un miembro de la familia, etc.
Espero sus comentarios, continuaré subiendo otras inquietudes.

Paula

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